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viernes, 1 de agosto de 2025

HISTORIAS DE TORNAVACAS (XXIV): LA TORRE DEL RELOJ DEL AYUNTAMIENTO DE TORNAVACAS

Postal del año de 1970, de la Plaza del Ayuntamiento (oficialmente Plaza Mayor) de Tornavacas (por aquel entonces, aún en el franquismo, llamada Plaza de José Antonio)

    Son muchas las historias que se podrían contar simplemente con observar esta bonita postal con la que iniciamos esta nueva entrada. Historias de la fuente, de la popularmente conocida como "Calzadilla", lugar de encuentro imprescindible del ayer y del hoy, de los animales por las calles -como la gallina que aparece junto a la fuente-, de las solanas de las casas o de la niña que, con dos cubos, está subida en la fuente. Como dice el refrán, una imagen vale más que mil palabras y así queda demostrado en esta postal.
 
Pero la pequeña historia en la que nos vamos a detener en esta nueva entrada de HISTORIAS DE TORNAVACAS, tiene que ver con la torre del reloj del Ayuntamiento, que ya es un emblema del edificio desde hace mucho tiempo. 
 
    Nuestro Ayuntamiento, construido en las primeras décadas del siglo XVIII -siglo del que también son otras de las muchas construcciones destacadas que nos encontramos por la Calle Real-, originalmente no contaba con esa torre, que es un añadido posterior, ya de finales del siglo XIX. 
 
    Y es que, según constan en los registros del Ayuntamiento, en octubre de 1889 y por valor de 3.060 pesetas -una cantidad muy importante para aquella época-, la corporación compró al famoso maestro relojero Antonio Canseco, quien vendió centenares de relojes de estas características a cientos de municipios de toda España, tanto el reloj como el pequeño campanario de hierro, así como la campana, que aún hoy día sigue existiendo en la parte superior de la torre. Esta compra fue autorizada por parte del Gobernador Civil de la provincia, pues en la sesión del 25 de agosto de 1889, el Alcalde, Bonifacio Navarro García, informaba que el Ayuntamiento quedaba autorizado "para que sin las formalidades de subasta, adquiera un reloj de Torre de los que goza privilegio de invención el industrial D. Antonio Canseco, vecino de Madrid, acordando formalizar el contrato con dicho Sr. e incluir el importe en el presupuesto correspondiente".
 
Extracto del acta de la sesión del 25 de agosto de 1889 en donde se da el visto bueno para la compra del reloj. 
 
    Una vez adquirido, sabemos que a principios de la década de 1890 (década en la que también se realizaron otras importantes obras en Tornavacas como la construcción del nuevo cementerio de Las Espozas -terminado en 1892- o la Escuela de Niñas -proyectada en 1891-), la torre ya estaba construida y en el mismo año de 1890 se llevó a cabo la instalación del reloj, del campanario de hierro y de la campana, pues en la sesión ordinaria del 26 de octubre de 1890, el Alcalde -en este caso ya Ramón Núñez Armella- planteaba la necesidad de "construir una buhardilla para dar acceso a la torre en que se halla colocado el reloj".
 
    Desde ese momento hasta la actualidad, tiempo en el que han transcurrido 135 años, muchas son las anécdotas relacionadas con este reloj, con su funcionamiento o con su mecanismo (que hoy se encuentra en el actual CIRV de Las Cárceles, en lo que era el pasillo de acceso a los antiguos calabozos), como las que muy seguramente recuerdan nuestros paisanos que han desempeñado el cargo de Alguacil, los responsables municipales o las decenas de trabajadores que han pasado por el Ayuntamiento a lo largo de estas últimas décadas. Tan solo un ejemplo: nuestro paisano Ramón Marcos Sánchez, que tiene 94 años en el momento que se escriben estas líneas y que desempeñó el cargo de Alguacil durante casi tres décadas (desde 1979 hasta 1995), recuerda cómo él subía frecuentemente a la torre a dar cuerda al reloj así como sus averías, que eran también frecuentes, teniendo que venir diferentes relojeros, a menudo, a repararlo. Y este motivo fue el principal por el que el reloj dejó de funcionar y ya, hace apenas unos años, se acabó retirando la maquinaria de su ubicación original -lo que sucedió en los últimos años del segundo mandato de José Antonio Recio Santos-. Una vez bajada de la torre, se llevó a cabo su restauración por parte de la empresa Relojes de Torre López (de Los Navalucillos, provincia de Toledo). En todo este proceso, hemos de mencionar a nuestra vecina Puri Martín de la Cruz, entonces concejala de Cultura y Festejos, de quien partió la iniciativa de restaurar la maquinaria del reloj, que ya se encontraba en desuso desde hacía años en el interior de la torre.
 
    Anécdotas y curiosidades relacionadas con el reloj que también forman parte de la Historia de Tornavacas y a las que, sin duda, dedicaremos la atención que merecen, porque ahora, para finalizar esta entrada, lo hacemos con algunas imágenes de interés de la torre y del reloj.
 
Vista del interior de la torre y de la cara interior del reloj

Vista interior de la torre, en donde se pueden observar gran parte de los materiales originales empleados en su construcción (ladrillos de barro cocido y revestimiento de sus paredes a base de mortero de cal)

Maquinaria que hacía funcionar el reloj, adquirida en 1889, y que ahora se puede visitar en el actual Centro de Interpretación y Recepción del Visitante (CIRV) "Las Cárceles"

Detalle de la maquinaria, en donde aparece el nombre de su fabricante: Canseco. En ella, en su extremo izquierdo, también se puede observar una pegatina del relojero Javier López Martínez que se encargó de su restauración.
 
Fachada del Ayuntamiento y Torre del Reloj. Década de 1960.
Vista general de la Plaza, en donde se puede observar la fachada del Ayuntamiento así como la torre del reloj. Década de 1960.

Vista actual de la fachada del Ayuntamiento y de la torre. Domingo 22 de junio de 2025, coincidiendo con la celebración, por la tarde, del Corpus Christi

Iluminación nocturna del Ayuntamiento y de la torre. 26 de julio de 2025.

domingo, 14 de abril de 2024

HISTORIAS DE TORNAVACAS (XIII): EL PUENTE CIMERO EN LOS PRIMEROS AÑOS DE LA DÉCADA DE 1970

    Hace pocas semanas, el investigador Pedro Emilio López Calvelo, desde Hervás, comentaba algunas inexactitudes publicadas en el Diario HOY en relación a un artículo dedicado a un suceso ocurrido en aquel municipio. Una de ellas tenía que ver con la fotografía que acompañaba al artículo, en donde se decía que era una fotografía de Hervás, cuando, en efecto, así no era.

    La fotografía es de Tornavacas. Y es, además, una fotografía inédita para muchos, del archivo fotográfico del Diario HOY, en la que se puede ver el Puente Cimero y parte de la Calle Real de Arriba.

    Llamado así por estar situado en la parte de arriba del pueblo, el Puente Cimero es uno de los monumentos señeros de la antigua villa, muy apreciado por paisanos y visitantes y cuya protección debe ser algo prioritario. Muchos son los siglos que tiene a sus espaldas ya que hasta hace pocas décadas ha sido el único puente existente dentro del núcleo de población para salvar, de un lado a otro, las aguas del río Jerte. De origen medieval -debió ser de las primeras construcciones impulsadas por los Condes de Oropesa tras declarar villa a Tornavacas, en el siglo XIV, e integrarla en su señorío-, por él pasó el séquito de Emperador Carlos V el 11 de noviembre de 1556 (siglo XVI), cuando se dirigía hacia su retiro en La Vera, y desde él, el mismo Emperador, observó a los mozos tornavaqueños pescar truchas que luego cenó. Por él también han transitado miles de cabezas de ganado a su paso por la villa, cuando la Calle Real era también vía pecuaria.

    Fue intensamente reformado en el siglo XVIII -pues así nos lo indican testimonios documentales y la inscripción que aún hoy perdura en uno de los laterales del puente- y, en tiempos ya muy recientes, más concretamente en el año de 2020, fue objeto de restauración -junto a la Puentecilla y la Picota- por parte de la Junta de Extremadura. En febrero de 2024, y contando con el visto bueno de técnicos de Patrimonio, se han rebajado unos centímetros del cemento superficial que actualmente tiene en la parte central de su firme, para así evitar el roce de los bajos de algunos vehículos.

Inscripción existente en uno de los laterales del puente que hace referencia a su reforma del siglo XVIII. "Se hizo esta obra siendo Alcalde...Año de 1727"

    La fotografía a la que dedicamos esta entrada, debe ser de los primeros años de la década de 1970, pues, como puede observarse en la misma, en la parte más baja de la calle, cercana al puente, ya están realizadas las obras de saneamiento y alcantarillado (desagües) y se están realizando en la Calle Real de Arriba. Unas obras para las que se presupuestaron 1.483.000 pesetas, adjudicadas al contratista Fermín Ibáñez Lacalle, de Malpartida de Plasencia, y que comenzaron en 1970, tal y como quedamos recogido en nuestro estudio "Tornavacas (1927-2017): 90 años de cambios y transformaciones". Estas obras, que se iniciaron primero en ambas plazas y se realizaron durante los primeros años de los 70, tuvieron como consecuencia directa la desaparición de gran parte del enrollado de la Calle Real y de ambas plazas (Iglesia y Ayuntamiento), que fueron sustituidos por cemento, y son recordadas por muchos paisanos, ya que cada vecino se encargó de retirar los rollos que estaban próximos a las puertas de sus casas.

Enrollado y caño, Calle Real de Arriba. Fotografía extraída de este mismo blog    



    Volviendo al protagonista de esta entrada, el Puente Cimero, no queremos acabar estas líneas sin señalar que es un monumento, a fin de cuentas, con siglos de historia y que ha visto pasar por él a decenas de generaciones de tornavaqueños. Una joya de nuestro patrimonio, que es nuestro deber legar, en buen estado de conservación, como así lo han hecho nuestros antepasados, a las generaciones venideras.

domingo, 17 de septiembre de 2023

HISTORIAS DE TORNAVACAS (IX): LAS FIESTAS DEL CRISTO DEL PERDÓN Y LA FERIA DE SAN MATEO (1926)

    Tornavacas celebra, un año más, sus fiestas más importantes y esperadas dentro del calendario anual: las del Cristo del Perdón, patrón de la localidad, y la feria de San Mateo.

    En anteriores entradas ya hemos echado la vista atrás para recordar cómo fueron dichas fiestas en el año de 1913 o de 1960, conociendo el programa de actos así como datos de interés sobre, entre otros aspectos, los establecimientos y negocios locales. En esta ocasión, vamos a realizar un nuevo viaje al pasado para retroceder hasta los días festivos del año de 1926.

    Pero antes de narrar cuáles fueron las celebraciones realizadas en aquel año, vamos a ofrecer una imagen general de cómo era la Tornavacas de la década de 1920, esto es, de hace un siglo. En primer lugar, hay que destacar que en la década previa, la de 1910, en Tornavacas se realizaron importantes obras que fueron, poco a poco, cambiando el aspecto de la antigua villa, la cual apenas había sufrido transformaciones importantes en su urbanismo desde el siglo XVIII. En este sentido, hay que citar varias realizaciones que modificaron sustancialmente el urbanismo tornavaqueño: se acabó de construir la carretera, en nuestro término municipal, que unía a Plasencia con Barco de Ávila (actual N-110), teniendo ya una vía de comunicación adaptada a los diferentes tipos de vehículos que comenzaban a hacer presencia en las carreteras españolas; también, se construyó el camino vecinal (actual Avd. de la Constitución) que se hizo para conectar la Plaza de la Iglesia con la mencionada carretera, lo que llevó consigo la reducción, a casi la mitad de su dimensión original, del atrio de la Iglesia; y, por último, destacar también que se construyó el nuevo cementerio de las Espozas debido al crecimiento que estaba experimentando el pueblo en la zona cercana a El Pilón, que es donde estaba situado el cementerio viejo.

Fotografía de 1928. Colección de José Luis Domínguez Sánchez. Iglesia, plaza y atrio, ya reducido, tras la obra de 1917.

    La década de 1920, cuando la antigua villa contaba con algo más de 1.500 habitantes y como ya recogimos en nuestro estudio "Tornavacas (1927-2017): 90 años de cambios y transformaciones", también trajo importantes novedades a Tornavacas. A mediados de la misma se instaló el Puesto de la Guardia Civil -algo frecuente en aquella época en lugares de límite provincial como es nuestro caso-. En 1926, año al que dedicamos esta entrada, el municipio pasó a formar parte del Partido Judicial de Plasencia (dejando de pertenecer a Jarandilla) y también se finalizó la construcción de la pequeña central hidroeléctrica situada en la Garganta de Becedas (lo que hoy conocemos como “Casa de la luz”), que comenzó a suministrar luz eléctrica a nuestro pueblo, aunque muy escasa e irregular en estos primeros años de funcionamiento. También de esta década proceden algunas de las fotografías más antiguas tomadas en nuestro pueblo y ya comenzaron a preocupar a las autoridades locales algunos accidentes de tráfico que ocurrieron en la recién construida carretera que unía a Plasencia y Barco de Ávila (de manera especial en el tramo del Puerto).

Fotografía (década de 1920) de la carretera Plasencia-Barco de Ávila tras su construcción, aún sin pavimentar   




Vista exterior de la "Casa de la Luz", un edificio cuya infraestructura ha proporcionado luz eléctrica a Tornavacas durante algo más de 40 años y que actualmente se encuentra en un preocupante estado de conservación.

    Realizada ya esta introducción general a la Tornavacas de hace 100 años -para mayor información de aquella época, remitimos de nuevo a nuestro estudio que se inicia en 1927- vamos a centrarnos ahora en las fiestas y ferias del año de 1926.

    Según la crónica publicada en el periódico Nuevo Día. Diario de la provincia de Cáceres (24/09/1926), tras realizarse la novena dedicada al Santísimo Cristo la semana previa y finalizando esta el día 13, el 14 de septiembre dieron comienzo los festejos en su honor. A primera hora, "la alegre y popular dulzaina" realizó un recorrido por toda la Calle Real para anunciar la llegada de las fiestas. A las 10, "celebróse solemne misa de diáconos, cantada por un coro de bellas y simpáticas señoritas", que fue oficiada y presidida por "el presbítero don Antonio Buenadicha Sánchez, el que por primera vez era oído en este pueblo, del que es natural". Una vez terminada la misa, "se cantó el ramo, que abarrotado de dulces y frutas, se procede a rifar entre los feligreses". Por la tarde y por la noche, se celebraron "animadísimos bailes". 

    El 15, "día de fiesta religiosa también, cantada magistralmente por las mismas jóvenes [que el día anterior], y animadísimos bailes de salón y de dulzaina". Estos mismos actos se repitieron el día 16.

    Ya el día 17 los festejos se trasladaron a la Plaza Nueva, que servía de lugar para los festejos taurinos. Remodelada en el año de 1864 (cuando se recrecieron los muros, adquiriendo su forma actual), allí se celebró "una novillada, viéndose abarrotada la plaza, no solo de tornavaqueños, sino de los pueblos de Jerte, Cabezuela, Casas del Puerto [de Tornavacas], y varios más". La novillada, refleja la crónica, "resulto bien, y solo hubo que lamentar un varetazo y una herida leve, al diestro encargado de pasaportar al bicho [novillo], que hubo que echar al corral". Finalizado el evento taurino, "por la noche, música, bailes, cohetes, etc., cuyos espectáculos se vieron animadísimos, dando fin a las fiestas el día 18 por la noche, reinando en todo la más completa cordialidad y armonía".

    Tras la celebración de las fiestas en honor al Santísimo Cristo, llegaron las ferias de San Mateo, destacando, como celebraciones características, la feria de ganado celebrada en la Plaza Nueva (o "corral del concejo", como era oficialmente conocida) y el ofertorio de ánimas llevado a cabo por la Cofradía del mismo nombre y al que ya en anteriores entradas nos hemos referido. Por el interés de la crónica que hace referencia a estos eventos, la reproducimos a continuación:

"El día 21 por la mañana, se comenzó a sentir el ajetreo natural de los días de feria, que coincidiendo con las fiestas de San Mateo, a cuyo santo reverencia y festeja la Cofradía de Ánimas, nos anunció con alegre pasacalle la castellana dulzaina.

El rodeo estuvo animado el primer día, lo mismo de ganado de todas clases que de concurrentes a compraventas y curiosos. El segundo día [22] también se vio extraordinaria concurrencia, a pesar de lo agreste del terreno y del calor asfixiante que tenemos, impropio del clima acostumbrado en este pueblo, lo que nos acarrea numerosas enfermedades, a causa de la sequía. Se hicieron numerosas transacciones, principalmente en el ganado cabrío y de cerda, notándose en este último, una considerable baja[da] de precios y ofertas a granel.

El día 23, también se vio bastante concurrido el real de feria, realizándose muchas transacciones.

Por las tardes de los días 21 y 22, tuvo lugar en la plaza de la Iglesia, el clásico ofertorio, en el que rivalizaban mozos y mozas en las pujas de los riquísimos buñuelos, que con los sabrosos pollos y el [vino] blanco peleón se preparaba para terminar las fiestas".

jueves, 14 de septiembre de 2023

HISTORIAS DE TORNAVACAS (VIII): LA CAPILLA E IMAGEN DEL SANTÍSIMO CRISTO DEL PERDÓN EN UN GRABADO DE 1731.

    La Iglesia de Tornavacas puede presumir de tener una Historia de siglos y de ser una de las más antiguas no solamente del valle, sino también de otros espacios del norte de Extremadura. El documento más antiguo que menciona a la Iglesia tornavaqueña es nada más y nada menos que una bula papal de Gregorio IX que data del año 1.235, pocas décadas después de fundarse el Obispado de Plasencia. Este documento hace referencia a un litigio planteado por este Obispado con el de Ávila, al cual pertenecía Tornavacas. Esta bula acabó resolviendo que Tornavacas debía pasar a la recién creada Diócesis placentina, desligándose así de la abulense.

    En el transcurso del tiempo desde este siglo XIII, la Iglesia ha sufrido diferentes reformas y ampliaciones hasta llegar al estado en la que todos, hoy, la conocemos. Su estructura actual (tanto interior como exterior), data de la gran última reforma impulsada en las últimas décadas del siglo XVII (1680-1690) -cuando Tornavacas crecía económicamente, en población e importancia- por el párroco Tomás Sánchez de la Torre, quien está enterrado en la Iglesia, a los pies del retablo de San Antonio.

    Pocas décadas después de llevarse a cabo la reforma estructural del templo, se construyó la capilla para acoger la imagen del Cristo del Perdón, lo que tuvo lugar en la década de 1720. La devoción que ya profesaban los tornavaqueños del siglo XVIII a su patrón, aprovechando una favorable coyuntura de prosperidad económica en la villa, les llevó a construir esta capilla expresamente destinada a la talla del Cristo, que con anterioridad solía estar ubicada en la zona del Altar Mayor. La capilla acabó de constuirse en el año de 1723, que es cuando se instaló la verja que la separa de la nave principal -dicha fecha está grabada en la verja, más concretamente en el cerrojo de su puerta-.

    Hoy, en esta nueva entrada, proporcionamos y analizamos una calcografía, que data de 1731, de la talla del Santísimo Cristo que no es inédita, pues ya apareció publicada en 2005 en el libro de Flores del Manzano (El patrimonio artístico-religioso de la villa de Tornavacas. Iglesia parroquial y ermitas), que le fue proporcionada por la familia Núñez Sánchez, y la misma también se ha conservado en contados domicilios particulares de algunos tornavaqueños. El original de esta calcografía, del que se reprodujeron estampas, se encuentra custodiado en la Calcografía Nacional, que depende directamente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Concretamente, esta calcografía pertenece a la colección de Antonio Correa, quien, en el pasado siglo y durante más de 50 años, llevó a cabo la hercúlea tarea de recopilar, en librerías y/o anticuarios, estampas, grabados y otros materiales similares.

Imagen de la calcografía

    Esta calcografía que se dedica al Santísimo Cristo del Perdón, es un grabado realizado por un autor apellidado Pérez y tiene unas dimensiones de 305 x 195 mm. Es una imagen idealizada (es decir, no representa al 100% cómo era realmente) tanto del Cristo como del retablo-baldaquino que lo acoge (y que debió ser construido a finales de la década de 1720) así como de los elementos que aparecen a su alrededor (querubines, telas...). En el texto que aparece al pie, podemos leer: "V[erdadero] r[etra]to del Santísimo Christo del Perdó[n] que se ve[nera] en la parroq[uia] de la v[illa] de Tornabacas, Obispado d[e] Plasencia. Costeola un deboto de su M.G. Año d[e] 1731. El Em[imentísimo] Cardenal D. Diego de Astorga concede cien días de yndulg[encias] a todas las pers[onas] por cada vez q[ue] rez[en] una ... [ilegible].

    La primera parte del texto hace referencia a la descripción del Cristo, mientras que la segunda es una fórmula religiosa bastante común utilizada durante el siglo XVIII -la de la indulgencia- para el perdón de los pecados de los fieles que realizaran algún tipo de rezo (Padrenuestro, Salve...) u oración delante de la estampa del Cristo.

    En posteriores publicaciones trataremos el posible origen de la talla del Cristo, más allá de la leyenda ya conocida por todos. Gran parte de las averiguaciones realizadas hasta ahora, nos llevan hasta el siglo XVI. Seguiremos informando.

domingo, 3 de abril de 2022

FOTOGRAFÍAS ANTIGUAS DE TORNAVACAS

Fotografías antiguas de Tornavacas (huecograbados) procedentes de una rarísima publicación sobre la arquitectura popular de los pueblos de la provincia de Cáceres.

Por el aspecto de las mismas, pueden datarse a finales de la década de 1940 o principios de la de 1950. En dicha publicación hay decenas de fotografías de nuestro pueblo y aquí van algunas de ellas.

Soportales de la Calle Real de Arriba

Calle Real de Arriba. Caño y detalle del enrrollado

Fuente de la Plaza del Ayuntamiento

Calle Real de Arriba. Detalle del caño, enrollado y gallinas por la calle

domingo, 13 de diciembre de 2020

UN NUEVO ESPACIO POR Y PARA TORNAVACAS: EL CENTRO DE RECEPCIÓN E INFORMACIÓN AL VISITANTE "LAS CÁRCELES"

Enmarcadas dentro de la programación oficial de la Otoñada 2020 en el Valle del Jerte, a lo largo de los fines de semana de este otoño se han llevado a cabo unas jornadas de puertas abiertas, como las ya realizadas este verano, para dar a conocer el nuevo espacio con el que cuenta Tornavacas: su Centro de Recepción e Información al Visitante. El mismo, ubicado en las dependencias de lo que, durante siglos, se ha utlizado como cárcel de la villa, cuenta con toda una serie de contenidos y de herramientas multimedia.

Mostrador de recepción
Mostrador de recepción

El contenido se encuentra distribuido por las diferentes estancias de la ya citada antigua cárcel, sitas en la planta baja del edificio que hoy es el Ayuntamiento. En la de mayores dimensiones, la primera a la que se accede tras pasar por el mostrador de recepción, nos encontramos con una decena de paneles, colocados verticalmente sobre la pared, que nos ilustran sobre diferentes aspectos del municipio. Uno se dedica al entorno natural, en donde se hace una especial referencia a la Reserva Natural Garganta de los Infiernos, un espacio protegido único y cuya mayor parte de su extensión pertenece a nuestro municipio; otro ofrece datos sobre el patrimonio y el arte local, en donde se hace mención expresa a la Iglesia Nuestra Señora de la Asunción, monumento religioso declarado Bien de Interés Cultural; otro versa sobre arqueología e historia, en donde se ofrecen unas pinceladas sobre los orígenes (con una alusión obligada a la leyenda del "Ya Tornan") y sobre la evolución histórica de la antigua villa. Además, en estos mismos paneles verticales, encontramos información relativa al patrón, el Santísimo Cristo del Perdón, sobre nuestras ricas y variadas fiestas populares -en donde tiene un especial protagonismo la noche del fuego (celebrada cada 2 de mayo)- y no falta información tampoco sobre la gastronomía tradicional, sobre la picota y una alusión al amplio catálogo de rutas de senderismo a realizar en nuestro entorno.

Paneles verticales

En el centro de esta estancia más amplia, se ha instalado una maqueta en 3D, a través de la cual, mediante una proyección a la que la acompaña una narración, se ofrece una información completa al visitante sobre la villa, sobre la estructura de sus principales calles y sobre los principales monumentos (Puente Cimero, Puentecilla, Picota o Marirrollas, etc.). Sin duda, un reclamo audiovisual novedoso y muy didáctico para todo tipo de público.

Maqueta 3D

En una estancia intermedia, la que separa a la estancia de mayor amplitud de las de menores dimensiones  -lo que, en antaño, sería un pasillo que unía unas celdas y otras-, encontramos también una instalación de paneles que nos hablan sobre aspectos como los oficios seculares de Tornavacas o la trashumancia, entre otros. También se han instalado unas "postales sonoras", a través de las cuales, utilizando unos sonidos de fondo, se recrean tradiciones de Tornavacas (como el toque de la esquila) y se transporta al visitante a lugares señeros del entorno natural de la localidad (como lo es el mirador de la Cruz de Santa Bárbara). 

Pasillo entre celdas

El recorrido termina accediendo a las estancias (celdas) de menores dimensiones. En una de estas celdas, se ha colocado un muñeco articulado y una grabación, con el objetivo de recrear la presencia de un reo. En el pasillo que da hacia las dos celdas más estrechas, el visitante puede conocer también unas breves notas históricas sobre la cárcel de la villa.

Panel con información sobre la cárcel

En definitiva, un espacio que, en pocos metros cuadrados, condensa nuestra historia, nuestras tradiciones y nuestra idiosincrasia como pueblo, a la vez que muestra el entorno privilegiado en el que nos ha tocado vivir. Un espacio, a fin de cuentas, por y para Tornavacas, para el orgullo de sus habitantes y para el deleite de los que nos visitan.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

TORNAVACAS EN FIESTAS. SEPTIEMBRE DE 1960.

Hablar de fiestas mayores en Tornavacas, es hablar de los festejos en honor al Santísimo Cristo del Perdón, patrón de la localidad. En una entrada anterior de este mismo blog, dábamos unas pinceladas sobre cómo eran las fiestas patronales hace más de un siglo, más concretamente las correspondientes al año de 1913. En esta referencia, aparte de describir los actos que en ellas tuvieron lugar, el corresponsal encargado de redactar el artículo para el rotativo Región: periódico de noticias, quedaba maravillado con el canto del Ramo, tradición secular que, año tras año, se sigue manteniendo en las fiestas más queridas y esperadas por los/as tornavaqueños/as.

En esta nueva visita al pasado de Tornavacas, viajaremos medio siglo atrás (55 años) y nos vamos a detener en los festejos que tuvieron lugar en septiembre de 1960. Y para hacerlo en profundidad, exponiendo datos exactos, vamos a tomar como referencia principal un documento de gran valor para la historia local que se encuentra archivado en el Fondo Local-Regional de la Biblioteca Pública del Estado en Cáceres. Se trata de un folleto titulado "Tornavacas en fiestas", de unas 25 páginas de extensión, elaborado por el Ayuntamiento para la ocasión e impreso en la conocida Impreta placentina "La Victoria".

 Portada del folleto. En el centro de la fotografía, la Plaza del Ayuntamiento

Para tener una panorámica general de nuestro pueblo en aquel año, conviene ofrecer unas notas sobre varios aspectos. Una primera cuestión a resaltar es que la Tornavacas de 1960 difiere notablemente de la Tornavacas de 2015. Nuestro pueblo, en aquel año, tenía una población de hecho de 1.879 habitantes (la de derecho ascendía a 1.947), una cifra en la que ya había empezado a hacer mella la emigración, pues muchos paisanos movidos por la necesidad partieron hacia otros puntos de la geografía española e incluso de la europea, siendo este el principal motivo por el cual, durante las décadas de 1950 y 1960, la población de Tornavacas descendió considerablemente.

El Ayuntamiento se encontraba presidido por Emilio Buenadicha Núñez. Desempeñaban el cargo de concejales Jesús Martín Ávila, Ventura Muñoz Hernández, Víctor Domínguez Ávila, Ignacio Lucas Martín, Esteban Núñez Notario, Teófilo González Martín, Ladislao Cruz Pérez, Honorio Lucas Ávila y Eloy Buenadicha Zancudo. Realizaba las funciones de Secretario Pedro Rodríguez González y Juan Barroso García las de Alguacil. En 1960, en el Ayuntamiento los gastos ascendieron a 377.431 pesetas y los ingresos fueron de 444.590 pesetas. Podía presumir, por tanto, de unas arcas saneadas y de cerrar incluso el ejercicio anual con superávit.

La economía tornavaqueña del momento se caracterizaba por ser variada y en ella todavía tenía un peso representativo la ganadería y otros productos agrícolas distintos a la cereza, cuyo cultivo se fue intensificando a lo largo de la década de los 60 en la comarca. Según los datos que proporcionaba Honorio Lucas en el folleto que aquí tenemos como protagonista, había una producción aproximada de 600.000 kgs. de cerezas, de 500.000 kgs. de castañas, de 800.000 kgs. de uvas, de 300.000 kgs. de patatas y de 2.000.000 de kg. de heno. En cuanto a la ganadería, "el tío Honorio" estimaba en unas 10.000 las cabezas de ganado que se encontraban pastando dentro del extenso término municipal. Un número en el que sobresalía el ganado cabrío, seguido por el vacuno y el lanar.

Pese a ser una época restrictiva en no pocos aspectos, poco a poco se iban dejando atrás las penurias extremas que se vivieron en de las décadas de 1940 y 1950. Tornavacas iba paulatinamente prosperando y, con el tiempo, se equiparía de toda una serie de servicios que hoy consideramos ya básicos e imprescindibles. En 1960, por citar solamente algunos de los más relevantes, se contaba con dos líneas de ómnibus (autobús) de la empresa Sequeira para el desplazamiento a Plasencia y otras dos para Barco de Ávila; con servicio telefónico público; con electricidad -aunque era un suministro irregular y tan sólo se podía utilizar por las noches, cuando se "echaba" la luz- que era suministrada por la central hidroeléctrica de la Garganta de Becedas; con escuelas nacionales para niños y niñas, cuyos maestros eran Tomás Calvo y Dolores Buezas; con servicio médico (el médico titular era José Gándara Palacio y el practicante Antonio Camacho Encinas); con Puesto de la Guardia Civil o con un servicio de correos, en donde desempeñaron la labor de carteros Manuel Bardón Calzada y posteriormente Feliciano Ávila Cruz. Y, además, existían toda una serie de establecimientos tales como carnicerías, ultraramarinos, panadería, fondas, etc. Faltaban aún por acometer obras de importancia como el saneamiento y el alcantarillado, cuestiones por las que se empezó a trabajar este mismo año en el Ayuntamiento, pero que tardarían aún en llegar unos años más.


Dadas estas pinceladas generales, vamos a lo que realmente nos interesa en este texto: las fiestas. ¿De qué tipo de festejos disfrutaron los/as tornavaqueños/as y visitantes en septiembre de 1960? Pues, si observamos el programa de festejos elaborado para la ocasión -la imagen del cartel se encuentra unas líneas más abajo-, la verdad es que encontramos un variado repertorio de actos religiosos y de eventos lúdico-festivos.

En lo referido a las Fiestas en honor al Cristo del Perdón, del 5 al 13, como era y es habitual, tuvo lugar la Solemne Novena, a las diez de la noche en la Iglesia, predicada por el párroco D. Emeterio Ortiz Encabo. El día 13 al atardecer, tuvo lugar un pasacalle. El 14, primer día del Cristo, por la mañana hubo pasacalle y seguidamente se sucedieron los actos religiosos: las Misas de Comunión y la solemne Misa en la que se ofrecieron los ramos al patrón. Por la noche, hubo una "Grandiosa Verbena" y un concurso de jotas, en el que se premió con 50 pesetas a la pareja vencedora. Todo ello se realizó en la Plaza de José Antonio Primo de Rivera -rebautizada así en 1937- (hoy en día Plaza Mayor o del Ayuntamiento). El 15 por la mañana, se repitieron los festejos del día anterior (pasacalles y misas) y además se llevaron también a cabo las tradicionales "Rondas de Quintos" con machos engalanados. Por la tarde, hubo una "carrera pedestre" y de sacos en la Avenida (a la altura de lo que hoy es la plazoleta) y los ganadores recibieron como premio 50 pesetas. El día 16, se realizó por la mañana la fiesta que la Sociedad de Socorros Mutuos (fundada en 1924) tradicionalmente dedicaba al Cristo. Después, se procedió a las pujas para entrar al Cristo a su Camarín. Por la tarde, se dieron por finalizadas las fiestas patronales.
Durante estos días, según anunciaba el programa, dos bandas de música animaron las fiestas y también se realizó un partido de fútbol. En cuanto a los toros, en el folleto se matizaba que de haber, ya se anunciaría en programas especiales.

Programa de las fiestas y ferias de 1960

Por lo que respecta a la Feria de San Mateo, los festejos se concentraron los días 21, 22 y 23 de septiembre. El día 21, festividad de San Mateo, tuvo lugar la feria de ganado en la Plaza Nueva (o  corral del concejo, como era oficialmente denominado), con presencia de cabras, cerdos y vacas. Por la tarde, se realizó el tradicional ofertorio de San Mateo. El 22, por la mañana regresó el ganado a la Plaza Nueva y por la tarde se volvió a pujar en el ofertorio, realizándose también el paseo de insignias por parte de la Cofradía de las Ánimas Benditas. El día 23 fue el último día de la feria y se repitieron los festejos de los días anteriores.

Además de este programa de festejos impulsado desde el Ayuntamiento, el Cine Verna, tan recordado por los/as tornavaqueños/as y regentado por Antonio Verdú Martínez, realizó una programación especial tanto para las fiestas como para las ferias y proyectó una serie de películas. Por su parte, "la Granja", lugar por excelencia de encuentro y diversión del momento, acogió animados bailes y lo propio hizo Juan Merino de Ávila en sus dependencias, pues solicitó autorización para realizar bailes los días 21 y 22 de septiembre "con el fin de obsequiar a sus amistades y familiares".


Para finalizar este viaje al pasado, además de encontrarnos en este interesante folleto con la información relativa a las fiestas, también aparecen otro tipo de datos que hoy tienen un indiscutible valor histórico. Por una parte, entrevistas a personas destacadas de la sociedad tornavaqueña del momento: a Emilio Buenadicha, Alcalde-Presidente del Ayuntamiento, a Saturnino Rodríguez, Jefe de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos -que se encontraba en el edificio que hoy es la Casa de la Cultura-, o al novillero Antonio Mahíllo, quien nació en Tornavacas en 1934 y llegó a alcanzar cierta relevancia en el mundo del toreo a finales de la década de 1950, pues toreó en un gran número de plazas de toda España e incluso de América Latina. Por otra parte, aparecen textos escritos por varios tornavaqueños que hablan del pueblo y del Cristo. Y, por último, anuncios de los diferentes negocios particulares (tiendas, bares, pensiones, etc.) de Tornavacas, que colaboraron económicamente en las fiestas, tal y como vemos en las imágenes que aparecen a continuación.





Con estas imágenes, que son algunas de las muchas que aparecen en el folleto, el que escribe estas líneas se despide deseeándoos a todos y a todas, unas muy felices Fiestas del Cristo y Ferias de San Mateo 2015.

sábado, 6 de septiembre de 2014

LA PEQUEÑA HISTORIA DE DOS ENTRAÑABLES FOTOGRAFÍAS DE TORNAVACAS

Considero un gran acierto por parte del Ayuntamiento y de la Concejalía de Festejos que en el cartel que anuncia las Fiestas del Santísimo Cristo del Perdón del año 2014 se hayan insertado dos entrañables -y únicas- fotografías de Tornavacas, que son las que muestran su Iglesia y parte de su plaza principal en la que se ve una Cruz hoy inexistente. Las mismas las debemos a José Luis Domínguez Sánchez, persona que bien conoce la historia de la villa, y datan de 1928.

 Fotografía cedida por Valle del Jerte Radio

Más allá del valor histórico incalculable de estas instantáneas, merece la pena detenerse en lo que hay detrás de dichas fotografías, en la pequeña historia que guardan. José Luis las sacó a la luz en la exposición sobre documentación tornavaqueña que ambos organizamos en 2012, hace ya dos años. Desde entonces hasta hoy, tras realizar varias investigaciones con el único objeto de adquirir más detalles sobre estas fotografías, conocemos nuevos datos sobre las mismas.

Así, hoy podemos decir que fueron realizadas por don Diego Quiroga y Losada, Marqués de Santa María del Villar (1880-1976), persona que recorrió prácticamente todos los rincones de España con el fin de retratar tanto a sus gentes como a sus paisajes y monumentos. En la actualidad, el magnífico fondo fotográfico legado por el Marqués constituye una fuente histórica de primera mano para conocer cómo eran los pueblos y ciudades de la primera mitad del siglo XX.

Pero la intrahistoria de estas fotografías no queda ahí, sino que también es destacable que aparecieron en el año 1930 en la revista Heraldo deportivo, publicación dedicada al deporte y que insertaba en sus números variados reportajes fotográficos sobre muy diversas zonas de España. Las fotografías de Tornavacas de las que aquí hablamos, figuran en su número 543, correspondiente al 15 de junio de 1930, y forman parte de un reportaje más amplio -en el que también existen instantáneas de otros pueblos del Valle del Jerte (como Cabezuela o Navaconcejo) y de la comarca del Barco de Ávila-  que fue elaborado por el citado Marqués.

 Heraldo deportivo. 15/06/1930

Tornavacas en el Heraldo deportivo. 15/06/1930

Así, esta es la pequeña historia de tres fotografías que por suerte han llegado a nuestros días y que en 1930 tuvieron su hueco en una de las revistas deportivas más prestigiosas del momento. La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y parte de su hoy irreconocible plaza, se pasearon ante las pulilas de los exquisitos lectores a los que iba dirigida la revista.

viernes, 20 de diciembre de 2013

LAS FELICITACIONES DE NAVIDAD DE LOS MÁS DIVERSOS OFICIOS

Es muy usual encontrarse por estas fechas con cientos de felicitaciones navideñas. Instituciones o personas que, de manera individual o colectiva, ofrecen sus mejores deseos para unos días tan entrañables como señalados en el calendario de festividades y desean lo mejor para el año que está a punto de estrenarse.

Como no se trata de una moda surgida en nuestros días o en un tiempo reciente, sino que es una costumbre con bastante más antigüedad, en España, no hace mucho tiempo atrás, las personas encargadas de realizar un determinado oficio -hoy incluso muchos de ellos ya desaparecidos- felicitaban la Navidad a sus clientes.

Haciendo honor al dicho de "una imagen vale más que mil palabras", les dejo con algunas de estas felicitaciones. A finales del siglo XIX y durante buena parte del siglo XX, limpiabotas, repartidores, serenos, mecánicos o electricistas, entre otros muchos otros oficios, deseaban de esta manera tan gráfica una Feliz Navidad. Las imágenes están tomadas de la Biblioteca Digital Hispánica, formidable repositorio virtual perteneciente a la Biblioteca Nacional de España. Pueden consultar más muestras de este tipo de felicitaciones haciendo click sobre el enlace que figura en el pie de las estampas.

"El limpiabotas les desea Felices Navidades". Fuente: Biblioteca Digital Hispánica (BNE)


"El repartidor de bombonas de gas les desea Felices Navidades". Fuente: Biblioteca Digital Hispánica (BNE)

"Los limpia cristales felicitan a usted las Pascuas de Navidad". Fuente: Biblioteca Digital Hispánica (BNE)

 "El sereno felicita a usted las Pascuas de Navidad". Fuente: Biblioteca Digital Hispánica (BNE).

"El carretero felicita las Navidades". Fuente: Biblioteca Digital Hispánica (BNE).

"El fundidor felicita a usted las Pascuas de Navidad". Fuente: Biblioteca Digital Hispánica (BNE).

Un servidor no deja pasar la magnífica oportunidad para desearles unas Felices Fiestas junto a los suyos y un venturoso año 2014.

domingo, 29 de septiembre de 2013

¿CARLOS HUGO O JUAN CARLOS? DOS PRÍNCIPES PARA ESPAÑA

¿Carlos Hugo o Juan Carlos? Así planteaba el pleito dinástico, que aún no estaba ventilado, la revista carlista Montejurra. Ofreciendo unas notas sobre el contexto histórico, recordar que, quedando ya atrás la precaria situación del carlismo en la etapa de posguerra, en la década de los años 60 tras la presentación pública de D. Carlos Hugo en el acto de Montejurra de 1957, el carlismo, y el gran pueblo carlista, vivió tiempos esperanzadores y repletos de ilusión al ver al Príncipe Carlos Hugo como futuro Rey de España. Y es que, el "Príncipe Minero", junto a su familia, llevó a cabo numerosos actos de acercamiento al pueblo español estando presente en diferentes actos de reafirmación carlista -Montejurra, Quintillo o Monserrat son buenas muestras de ello- y realizando un amplio número de visitas a muy diversos lugares de la geografía española.

 Foto aparecida en la portada del nº 36 (abril de 1968) de Montejurra bajo el encabezado "Monarquía insobornable". De pie: Las Infantas, D. Sixto, D. Carlos Hugo y su esposa Dª Irene. Sentados: D. Javier  y Dª Magdalena

Montejurra, en su número correspondiente a febrero de 1968, realizando una comparativa entre los Príncipes, señalaba las virtudes y los vicios de ambos. Así, de Carlos Hugo se decía, por aquel entonces, que era el "Píncipe nacido en el exilio, como todos los carlistas, al ser desterrados y perseguidos por la Monarquía Liberal y las Repúblicas", y en su figura debían recaeer "los deberes y derechos de la Monarquía Tradicional, Católica, Social y Representativa, esta es la Monarquía Carlista, definida para reinar en España". Por su parte, el Príncipe D. Juan Carlos, actual Rey de España con el nombre de Juan Carlos I, por aquel entonces no muy conocido por el conjunto de los españoles y con un carisma menor a su "rival" carlista, era el Príncipe "que desciende de la Monarquía Liberal, contraria a la Tradicionalista, [y] lógicamente debe ser continuador de las trayectorias políticas de su abuelo Alfonso XIII y manifestaciones de su padre Don Juan". 

 Portada de Montejurra (nª 34, febrero de 1968)

Tras enumerar la serie de vicios y virtudes de ambos, el rotativo carlista concluía, como era de esperar, sobre Carlos Hugo: "está muy clara la elección, pues no basta para ser Príncipe Reinante en España, solamente con tener 30 años, es necesario contar además con cualidades, requisitos y antecedentes de plena garantía". Tras el listado que aparece bajo la efigie de D. Juan Carlos, Montejurra señalaba: "Para ABC y adláteres, suponemos, que tampoco cabe duda en la elección, porque no tratan de elegir al mejor, ni atienden a razones, les basta con que defiendan sus intereses afectivos parciales, aunque no alcance los nacionales".

 Portada de la revista Juánperez. Incluida en el número 11 de Montejurra (octubre de 1965)
En la baraja: D. Juan Carlos, D. Javier, D. Carlos Hugo y D. Juan.

Finalmente, este pleito dinástico fue solventado por el mismo Francisco Franco en julio de 1969, cuando Juan Carlos fue desginado como su sucesor en la Jefatura del Estado, tal y como se puede apreciar en la grabación del NO-DO que se enlaza. De esta manera, la ilusión y esperanza carlista depositada en la figura de Carlos Hugo, vivida desde ese mismo año de 1957 con su presentación pública en Montejurra y que se prolongó durante gran parte de 1960, fue dando paso a un enfrentamiento ya sin ambages con el régimen por parte de un amplio sector del carlismo y el movimiento, en un proceso complejo y no exento de debates aún hoy día, siguió unos derroteros ya notablemente distintos. Como ya se ha apuntado acerca de este proceso, el carlismo, a finales de la década de los sesenta, vivió el "naufragio de las ortodoxias".


sábado, 25 de mayo de 2013

EL VALLE DEL JERTE EN LA DÉCADA DE 1950 [Fotografías]

Habiendo dejado atrás la dura y penosa década de 1940, años de posguerra marcados por el hambre, el racionamiento y por una escasez generalizada, la década de 1950 marcaría un antes y un después en la política económica del régimen de Franco.

Estando cada vez más seguro de que, España en su gran conjunto, tenía un gran potencial basado en el turismo, el Gobierno franquista apostaría, cada vez más, por promocionar la imagen de España bien en el interior o en el exterior - siendo en este último caso, sobre todo con las zonas de costa, como más adelante ocurriría -

Dentro de esa campaña destinada a la promoción de la actividad turística, se enmarca la que en esta entrada se describe. Como otras tantas que se realizaron a lo largo y ancho de España, se trata de una exposición fotográfica que recorrió numerosos puntos de la provincia con el fin de dar a conocer la belleza natural del Valle del Jerte. La misma, titulada Pueblos y puentes del Jerte, fue organizada por la Jefatura Provincial de Turismo de Cáceres en el año 1957 y en ella aparecen diferentes pueblos de la comarca, caso de Cabezuela del Valle, Jerte, Navaconcejo o Tornavacas. En las imágenes se puede observar la gran transformación paisajística que ha sufrido el Valle del Jerte en los últimos cincuenta años debido, principalmente, a dos razones: el crecimiento de los núcleos de población y la apuesta por la cereza como principal actividad económica, lo que ha acarreado la modificación de no pocas zonas que antes eran bosque o, simplemente, no estaban dedicadas a ningún otro fin productivo.

Las imágenes pertenecen a la magnífica colección fotográfica - contando con más de 1.000 imágenes - que custodia el Archivo Histórico Provincial de Cáceres y que actualmente, en su mayoría, está digitalizada.

Vista de Cabezuela del Valle


  
Puente de Cabezuela del Valle (carretera N-110)
 

 
Tornavacas


 
Jerte


Cabezuela del Valle


Puente de Jerte
 

Puente de Navaconcejo
 

Tornavacas