domingo, 28 de abril de 2024

PARTICIPACIÓN EN LAS I JORNADAS DE HISTORIA Y CRÓNICAS EXTREMEÑAS

    Este sábado 27 de abril, junto con una decena de cronistas extremeños, hemos participado en las I Jornadas de Historia y Crónicas extremeñas que se han celebrado en la localidad pacense de Cabeza la Vaca, enclavada en la comarca de Tentudía y muy cercana ya a la provincia de Huelva.


Cartel y programa de las Jornadas

    Nuestra ponencia ha llevado por título "Los bancales del Valle del Jerte: génesis histórica y rasgos singulares". Y es un resumen del trabajo que fue publicado el año pasado de 2023 en el número 1 del Anuario de Historia y Crónicas Extremeñas, publicación científica impulsada por la Asociación de Cronistas Oficiales de Extremadura, entidad que también ha promovido la celebración de estas I Jornadas que, anualmente, recalarán en diversos pueblos y ciudades de la geografía extremeña.

Presentación de la ponencia

Público asistente y participantes en las I Jornadas

domingo, 14 de abril de 2024

HISTORIAS DE TORNAVACAS (XIII): EL PUENTE CIMERO EN LOS PRIMEROS AÑOS DE LA DÉCADA DE 1970

    Hace pocas semanas, el investigador Pedro Emilio López Calvelo, desde Hervás, comentaba algunas inexactitudes publicadas en el Diario HOY en relación a un artículo dedicado a un suceso ocurrido en aquel municipio. Una de ellas tenía que ver con la fotografía que acompañaba al artículo, en donde se decía que era una fotografía de Hervás, cuando, en efecto, así no era.

    La fotografía es de Tornavacas. Y es, además, una fotografía inédita para muchos, del archivo fotográfico del Diario HOY, en la que se puede ver el Puente Cimero y parte de la Calle Real de Arriba.

    Llamado así por estar situado en la parte de arriba del pueblo, el Puente Cimero es uno de los monumentos señeros de la antigua villa, muy apreciado por paisanos y visitantes y cuya protección debe ser algo prioritario. Muchos son los siglos que tiene a sus espaldas ya que hasta hace pocas décadas ha sido el único puente existente dentro del núcleo de población para salvar, de un lado a otro, las aguas del río Jerte. De origen medieval -debió ser de las primeras construcciones impulsadas por los Condes de Oropesa tras declarar villa a Tornavacas, en el siglo XIV, e integrarla en su señorío-, por él pasó el séquito de Emperador Carlos V el 11 de noviembre de 1556 (siglo XVI), cuando se dirigía hacia su retiro en La Vera, y desde él, el mismo Emperador, observó a los mozos tornavaqueños pescar truchas que luego cenó. Por él también han transitado miles de cabezas de ganado a su paso por la villa, cuando la Calle Real era también vía pecuaria.

    Fue intensamente reformado en el siglo XVIII -pues así nos lo indican testimonios documentales y la inscripción que aún hoy perdura en uno de los laterales del puente- y, en tiempos ya muy recientes, más concretamente en el año de 2020, fue objeto de restauración -junto a la Puentecilla y la Picota- por parte de la Junta de Extremadura. En febrero de 2024, y contando con el visto bueno de técnicos de Patrimonio, se han rebajado unos centímetros del cemento superficial que actualmente tiene en la parte central de su firme, para así evitar el roce de los bajos de algunos vehículos.

Inscripción existente en uno de los laterales del puente que hace referencia a su reforma del siglo XVIII. "Se hizo esta obra siendo Alcalde...Año de 1727"

    La fotografía a la que dedicamos esta entrada, debe ser de los primeros años de la década de 1970, pues, como puede observarse en la misma, en la parte más baja de la calle, cercana al puente, ya están realizadas las obras de saneamiento y alcantarillado (desagües) y se están realizando en la Calle Real de Arriba. Unas obras para las que se presupuestaron 1.483.000 pesetas, adjudicadas al contratista Fermín Ibáñez Lacalle, de Malpartida de Plasencia, y que comenzaron en 1970, tal y como quedamos recogido en nuestro estudio "Tornavacas (1927-2017): 90 años de cambios y transformaciones". Estas obras, que se iniciaron primero en ambas plazas y se realizaron durante los primeros años de los 70, tuvieron como consecuencia directa la desaparición de gran parte del enrollado de la Calle Real y de ambas plazas (Iglesia y Ayuntamiento), que fueron sustituidos por cemento, y son recordadas por muchos paisanos, ya que cada vecino se encargó de retirar los rollos que estaban próximos a las puertas de sus casas.

Enrollado y caño, Calle Real de Arriba. Fotografía extraída de este mismo blog    



    Volviendo al protagonista de esta entrada, el Puente Cimero, no queremos acabar estas líneas sin señalar que es un monumento, a fin de cuentas, con siglos de historia y que ha visto pasar por él a decenas de generaciones de tornavaqueños. Una joya de nuestro patrimonio, que es nuestro deber legar, en buen estado de conservación, como así lo han hecho nuestros antepasados, a las generaciones venideras.

sábado, 6 de abril de 2024

HISTORIAS DE TORNAVACAS (XII): EL PUENTE ANTIGUO DE LA GARGANTA BECEDAS

    Hay construcciones o monumentos que, desgraciadamente, bien por el desuso o por el inevitable paso del tiempo, están casi en el olvido. Una de ellas es el antiguo puente que servía para cruzar, de un lado a otro, la Garganta Becedas, situado muy cerca de lo que actualmente es el límite entre los términos municipales de Tornavacas y Jerte.

    Se trata de una obra de ingeniería verdaderamente interesante. En su construcción se utilizaron como machones (o estribos) dos rocas de grandes dimensiones existentes en el cauce de dicha garganta. Su base fue reforzada cuando, allá por los primeros años de 1900, se construyó el tramo correspondiente de la carretera de Plasencia a El Barco de Ávila (actual N-110), pues así lo indican los grandes bloques rectangulares de granito visibles en la parte más baja de uno de los machones, cercana al cauce de la garganta, y que también se utilizaron en otras construcciones realizadas a principios del siglo XX asociadas a dicha carretera (muros del Puerto de Tornavacas, del puente de Cabezuela del Valle...)

Los machones del puente se apoyaron sobre las dos grandes rocas visibles, a derecha e izquierda, en la fotografía. En el medio, en el cauce de la garganta, uno de los machones ya desprendido

    Como suceso relacionado con dicho puente y que está aún bastante presente en el imaginario colectivo de los tornavaqueños, el 20 de julio de 1936, tan solo dos días después de iniciarse la Guerra Civil, este puente fue objeto de una acción de sabotaje por parte de militantes de izquierda de Tornavacas con la finalidad de impedir el paso de las tropas "nacionales" o franquistas que se dirigían desde Plasencia hacia Ávila para controlar las poblaciones de la zona a su paso. Inicialmente, el plan era volarlo por completo para evitar el tránsito de estas, pero finalmente lo que se hizo fue arrojar a la garganta algunos de sus elementos (barandillas, piedras, tablas de madera y otros de su superficie...) que impidieron, aunque por tan solo unas horas, el paso de vehículos y carruajes movidos por animales. Los tornavaqueños que inutilizaron el puente fueron arrestados, enviados presos a Plasencia y algunos de ellos no salieron de la cárcel con vida, algo de lo que nos ocuparemos, con toda la documentación que ya tenemos en nuestro haber, en entradas siguientes.

 En ambas fotografías se observa uno de los machones (el que está en dirección viniendo desde Jerte hacia Tornavacas), que aún sigue en pie sobre la roca, y el arranque del puente

    Algunos años después, este antiguo puente quedó inutilizado, al construirse uno nuevo, con algo más de anchura, que es por donde ha pasado el tráfico de la actual N-110 hasta la construcción de otro más nuevo hace poco más de una década.

    Transcurrido ya cerca de un siglo de aquel suceso ocurrido en la Guerra Civil, uno de los machones, desde hace años, se encuentra desprendido de una de las rocas, a causa de las frecuentes crecidas de la garganta, y caído en medio del cauce de la misma. Y, a lo que queda de aquel viejo puente que sirvió de tránsito a viajantes, a carruajes y a los primeros (pocos) automóviles que circularon por aquella carretera, solamente le acompaña el arrullar incesante de las aguas de la garganta y lo recuerda el nombre del paraje que se sitúa a sus alrededores.

Referencia al paraje del Puente Becedas durante los tiempos de la II República (1933). Boletín Oficial de la Provincia de Cáceres, 25/03/1933