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viernes, 1 de agosto de 2025

HISTORIAS DE TORNAVACAS (XXIV): LA TORRE DEL RELOJ DEL AYUNTAMIENTO DE TORNAVACAS

Postal del año de 1970, de la Plaza del Ayuntamiento (oficialmente Plaza Mayor) de Tornavacas (por aquel entonces, aún en el franquismo, llamada Plaza de José Antonio)

    Son muchas las historias que se podrían contar simplemente con observar esta bonita postal con la que iniciamos esta nueva entrada. Historias de la fuente, de la popularmente conocida como "Calzadilla", lugar de encuentro imprescindible del ayer y del hoy, de los animales por las calles -como la gallina que aparece junto a la fuente-, de las solanas de las casas o de la niña que, con dos cubos, está subida en la fuente. Como dice el refrán, una imagen vale más que mil palabras y así queda demostrado en esta postal.
 
Pero la pequeña historia en la que nos vamos a detener en esta nueva entrada de HISTORIAS DE TORNAVACAS, tiene que ver con la torre del reloj del Ayuntamiento, que ya es un emblema del edificio desde hace mucho tiempo. 
 
    Nuestro Ayuntamiento, construido en las primeras décadas del siglo XVIII -siglo del que también son otras de las muchas construcciones destacadas que nos encontramos por la Calle Real-, originalmente no contaba con esa torre, que es un añadido posterior, ya de finales del siglo XIX. 
 
    Y es que, según constan en los registros del Ayuntamiento, en octubre de 1889 y por valor de 3.060 pesetas -una cantidad muy importante para aquella época-, la corporación compró al famoso maestro relojero Antonio Canseco, quien vendió centenares de relojes de estas características a cientos de municipios de toda España, tanto el reloj como el pequeño campanario de hierro, así como la campana, que aún hoy día sigue existiendo en la parte superior de la torre. Esta compra fue autorizada por parte del Gobernador Civil de la provincia, pues en la sesión del 25 de agosto de 1889, el Alcalde, Bonifacio Navarro García, informaba que el Ayuntamiento quedaba autorizado "para que sin las formalidades de subasta, adquiera un reloj de Torre de los que goza privilegio de invención el industrial D. Antonio Canseco, vecino de Madrid, acordando formalizar el contrato con dicho Sr. e incluir el importe en el presupuesto correspondiente".
 
Extracto del acta de la sesión del 25 de agosto de 1889 en donde se da el visto bueno para la compra del reloj. 
 
    Una vez adquirido, sabemos que a principios de la década de 1890 (década en la que también se realizaron otras importantes obras en Tornavacas como la construcción del nuevo cementerio de Las Espozas -terminado en 1892- o la Escuela de Niñas -proyectada en 1891-), la torre ya estaba construida y en el mismo año de 1890 se llevó a cabo la instalación del reloj, del campanario de hierro y de la campana, pues en la sesión ordinaria del 26 de octubre de 1890, el Alcalde -en este caso ya Ramón Núñez Armella- planteaba la necesidad de "construir una buhardilla para dar acceso a la torre en que se halla colocado el reloj".
 
    Desde ese momento hasta la actualidad, tiempo en el que han transcurrido 135 años, muchas son las anécdotas relacionadas con este reloj, con su funcionamiento o con su mecanismo (que hoy se encuentra en el actual CIRV de Las Cárceles, en lo que era el pasillo de acceso a los antiguos calabozos), como las que muy seguramente recuerdan nuestros paisanos que han desempeñado el cargo de Alguacil, los responsables municipales o las decenas de trabajadores que han pasado por el Ayuntamiento a lo largo de estas últimas décadas. Tan solo un ejemplo: nuestro paisano Ramón Marcos Sánchez, que tiene 94 años en el momento que se escriben estas líneas y que desempeñó el cargo de Alguacil durante casi tres décadas (desde 1979 hasta 1995), recuerda cómo él subía frecuentemente a la torre a dar cuerda al reloj así como sus averías, que eran también frecuentes, teniendo que venir diferentes relojeros, a menudo, a repararlo. Y este motivo fue el principal por el que el reloj dejó de funcionar y ya, hace apenas unos años, se acabó retirando la maquinaria de su ubicación original -lo que sucedió en los últimos años del segundo mandato de José Antonio Recio Santos-. Una vez bajada de la torre, se llevó a cabo su restauración por parte de la empresa Relojes de Torre López (de Los Navalucillos, provincia de Toledo). En todo este proceso, hemos de mencionar a nuestra vecina Puri Martín de la Cruz, entonces concejala de Cultura y Festejos, de quien partió la iniciativa de restaurar la maquinaria del reloj, que ya se encontraba en desuso desde hacía años en el interior de la torre.
 
    Anécdotas y curiosidades relacionadas con el reloj que también forman parte de la Historia de Tornavacas y a las que, sin duda, dedicaremos la atención que merecen, porque ahora, para finalizar esta entrada, lo hacemos con algunas imágenes de interés de la torre y del reloj.
 
Vista del interior de la torre y de la cara interior del reloj

Vista interior de la torre, en donde se pueden observar gran parte de los materiales originales empleados en su construcción (ladrillos de barro cocido y revestimiento de sus paredes a base de mortero de cal)

Maquinaria que hacía funcionar el reloj, adquirida en 1889, y que ahora se puede visitar en el actual Centro de Interpretación y Recepción del Visitante (CIRV) "Las Cárceles"

Detalle de la maquinaria, en donde aparece el nombre de su fabricante: Canseco. En ella, en su extremo izquierdo, también se puede observar una pegatina del relojero Javier López Martínez que se encargó de su restauración.
 
Fachada del Ayuntamiento y Torre del Reloj. Década de 1960.
Vista general de la Plaza, en donde se puede observar la fachada del Ayuntamiento así como la torre del reloj. Década de 1960.

Vista actual de la fachada del Ayuntamiento y de la torre. Domingo 22 de junio de 2025, coincidiendo con la celebración, por la tarde, del Corpus Christi

Iluminación nocturna del Ayuntamiento y de la torre. 26 de julio de 2025.

sábado, 21 de diciembre de 2024

HISTORIAS DE TORNAVACAS (XXII): EL TEMPORAL DE LLUVIAS DE DICIEMBRE DE 1935 Y SUS CONSECUENCIAS EN EL VALLE DEL JERTE

    El Valle del Jerte es una de las zonas de España donde más llueve. Y así lo indican los datos de precipitación que, en forma de lluvia, se registran anualmente. Nuestras condiciones orográficas (valle flanqueado por elevadas montañas), el impacto de las borrascas, principalmente procedentes del Atlántico, más los vientos ábregos, hacen que, cada año, se recojan elevadas cantidades de precipitación que se reparten a lo largo de las tres estaciones más lluviosas: primavera, otoño e invierno.

    Es una precipitación que, en la mayor parte de los casos, se produce de forma "suave" y escalonada, con lo que no es demasiado frecuente que ocurran inundaciones ni esta ocasione daños materiales considerables, pero hay riesgos y esta produce daños cuando se concentra en poco tiempo y cae de manera abundante. Las inundaciones, cuando se producen, son más habituales en las zonas más llanas del valle por el caudal que adquiere el río Jerte, alimentado, en su curso medio, por decenas de arroyos y gargantas que en él confluyen -muchas de ellas nacen en la zona más elevada de las montañas, que es donde más precipitación cae-. Pero además, en estos episodios de lluvias intensas también hay riesgos -especialmente en las zonas en donde hay una pronunciada pendiente-, por la velocidad a la que el agua baja río y gargantas abajo y por los desprendimientos o "reventones" que se pueden producir, en los que el agua arrastra multitud de materiales (piedras, troncos...), sobre todo en los terrenos con más desnivel. Así sucedió en diciembre de 2019 en el paraje de Becedas (término de Tornavacas) a causa de las intensas lluvias que, en pocas horas, cayeron en la sierra.

Crecida del Río Jerte a su paso por el "Puente Cimero" de Tornavacas. 2 de enero de 2014.

"Reventón" producido en el paraje de Becedas, en Tornavacas, que arrastró toneladas de piedra y madera arrasando con todo lo que encontró a su paso. Fotografía del 27 de diciembre de 2019.

    Aunque en nuestra zona, afortunadamente, no tenemos que lamentar frecuentemente, año sí, año también, daños e inundaciones por las crecidas del río -a excepción de lo que sí ocurre, en ocasiones, en las zonas más llanas y bajas donde este ya sí, como decíamos, lleva más caudal-, sí se han registrado sucesos trágicos que están directamente relacionados con los temporales de lluvias que suelen producirse en nuestra comarca. En nuestra memoria más reciente, basta citar el impacto de la borrasca Elsa en diciembre de 2019 o de Bárbara en octubre de 2020. La primera provocó inundaciones e importantes daños materiales en Navaconcejo a causa del desbordamiento del río y llegó a saltar el puente de "las Monjas" de Cabezuela, llevándose sus barandillas. Pero mayor impacto tuvo aún el temporal de lluvias de diciembre de 1995, en el que hubo que lamentar, incluso, pérdidas humanas.

    Y es que, cuando la lluvia ha caído con virulencia, se ha concentrado en poco tiempo y, generalmente, ha ido acompañada por fuertes vientos, sí han sido frecuentes los daños producidos por ella, no tanto por el desbordamiento del río, sino por los daños ocasionados en viviendas y otros elementos materiales. Veamos algunos ejemplos: en el siglo XIX, en el año de 1876, se registró un importante temporal de lluvias en diciembre, que provocó inundaciones y daños, especialmente, en Cabezuela, Jerte y Tornavacas. Ya en las primeras décadas del siglo XX, destacar el temporal de lluvias y de nieve de 1916, también en diciembre, que afectó especialmente a Tornavacas, en donde se derrumbaron diez casas y otras tantas sufrieron importantes daños, valorados en "60.000 duros".

La Fe, 27/12/1876. Temporal de lluvias de diciembre de 1876.

Diario de Alicante, 27/12/1916. Temporal de lluvia y nieve de 1916.

    En siglos pasados, las viviendas sufrían especialmente el azote de estos temporales, al tener prácticamente todas ellas el tejado a tejavana (principalmente para facilitar la salida de los humos de las cocinas que, usualmente, se situaban en los desvanes de las casas) y por las características de los materiales de las que estaban hechas (adobe, en su mayoría), que se reblandecían al recibir tanta cantidad de agua. En los casos en los que era mucha la cantidad de nieve que caía, producía el hundimiento del tejado al concentrarse en él un gran peso que no podían soportar las vigas y tablas de madera que sujetaban a las tejas.

    Pero en la entrada de hoy, por los importantes daños materiales que causó en la comarca -y de manera especial en los pueblos de Jerte y Tornavacas-, vamos a detenernos en el temporal de lluvias que se registró en los últimos días de diciembre de 1935. Este temporal, que duró varias jornadas y que es recordado por nuestros paisanos de mayor edad como el temporal de lluvias "que se llevó los puentes" (a continuación desvelaremos el por qué), también afectó a gran parte de la Península (crecida histórica del río Tormes en Salamanca, inundaciones en Badajoz...).  En nuestra comarca, causó importantes daños y, como decíamos, especialmente en los términos de Jerte y Tornavacas. Si atendemos a las crónicas que aparecieron en aquellos momentos, resulta bien ilustrativa la publicada con fecha de 29 de diciembre de 1935 en El Debate, en la que se señalaba que:

A consecuencia del temporal de estos últimos días, los daños son de bastante consideración. La cosecha de aceituna puede considerarse perdida por completo. Los árboles frutales han sido arrancados. Especialmente los olivos [...]

Comunican de Jerte que el puente situado en la carretera de Plasencia a Barco de Ávila, en el kilómetro 36 [...], ha quedado totalmente destruido en el sitio denominado Buitres. Otro puente situado en la misma carretera [refiriéndose al de la Garganta de los Papúos], a extramuros del pueblo, ha quedado muy deteriorado, aunque no ha llegado a caer. Se ha colocado vigilancia constante para evitar que pasen los transeúntes y puedan ocasionarse desgracias.

Durante la noche del 26 el temporal de agua y viento alcanzó tal violencia, que un puente situado en el kilómetro 43 [refiriéndose al de la Garganta de Becedas] quedó a punto de derrumbarse. A través de él y con enormes precauciones, se traslada el pan al vecino pueblo de Tornavacas, que hubiera quedado incomunicado y sin posible abastecimiento de producirse el derrumbamiento. En la garganta denominada Papúos el agua ha arrancado los tubos de hierro de la conducción de la luz y el pueblo ha quedado a oscuras. Han llegado peritos a fin de proceder a reparar estas averías, pero se cree que tardarán al menos diez o doce días. Se cuenta con un repuesto de víveres por si el pueblo quedara aislado por el temporal.

En Tornavacas el temporal, en la noche del 26, produjo grandes daños en las fincas rústicas y urbanas y en la ganadería, que se elevan a más de 200.000 pesetas. Fueron derribadas varias casas, y los cascotes y ruinas interrumpen los caminos. Los puentes y alcantarillas de Plasencia a Barco de Ávila han quedado derruidos o sufren graves daños. El vecindario teme que se produzcan daños más graves si persiste el temporal. Las autoridades han adoptado las necesarias precauciones. Fuerzas de la Guardia Civil prestan servicio día y noche para acudir donde fueran requeridas. Para este lugar ha salido el gobernador de la provincia y el jefe de Obras Públicas para conocer de cerca la magnitud de los daños.

    Ya una vez pasado el temporal, se realizaba una primera valoración de los daños causados, siendo estos notables, sobre todo en las infraestructuras relacionadas con la carretera. Un balance general de sus consecuencias, que se publicaba en los primeros días de enero de 1936, decía así:

Parece que ya se ha levantado el temporal de aguas que durante tantos días ha castigado [a] esta región, ocasionando grandes daños y serias inquietudes.

La carretera del Valle, o sea la de Plasencia a Barco de Ávila, ha quedado cortada entre Cabezuela y Jerte, y entre este pueblo y Tornavacas, por destrucción de tres puentes. Jerte está, pues, incomunicado por carretera con Plasencia y con el Barco. Las autoridades provinciales, que han visto personalmente la magnitud de los daños, se esforzarán en que queden reparados con la posible urgencia.

    Tal y como nos indica esta crónica publicada en el Adelanto. Diario político de Salamanca el 5 de enero de 1936, tres puentes que habían sido construidos décadas atrás en la carretera de Plasencia a Barco de Ávila, sufrieron los efectos de las intensas lluvias de estos días (el de la Garganta de los Buitres, el de la Garganta de los Papúos y el de la Garganta de Becedas), de ahí que este temporal esté aún presente en los recuerdos de nuestros paisanos más mayores como el que "se llevó los puentes".

 

Restos del puente antiguo de la Garganta de Becedas que sufrió los efectos del temporal de diciembre de 1935.

    Esta misma noticia en prensa hacía referencia también al desbordamiento del río Jerte en Plasencia. Y es que, la crecida del río también tuvo sus efectos en la ciudad vecina, pues el 25 de diciembre inundó totalmente la zona de las huertas que existían en la Isla (algo que no había visto el guarda de dichas huertas en los "cuarenta años que lleva en dicho cargo") provocando enormes pérdidas para los hortelanos que allí sembraban. También el temporal provocó pérdidas humanas en lugares cercanos, como en la comarca de La Vera, donde un vehículo fue arrastrado por el agua. En dicho vehículo, que fue extraído "de debajo de los bloques del puente donde quedó sepultado", iban cuatro pasajeros: el Alcalde de Villanueva de la Vera y su familia.

   Además, también a inicios de 1936, desde el Ayuntamiento de Tornavacas (sesión celebrada el día 7 de enero de 1936), se solicitaba ayuda económica a otras instituciones superiores (Gobierno Civil y Diputación Provincial) para hacer frente a los daños provocados por el temporal, los cuales se elevaban "a bastante más de ciento cuarenta mil pesetas". Y es que, este había causado importantes destrozos "en las propiedades particulares así como también [en] los caminos públicos y puentes que conducen a las mismas".

    Como vemos, este temporal de lluvias dejó en mal estado importantes infraestructuras y viviendas de la comarca y, de manera especial, de ambos pueblos (Jerte y Tornavacas), con lo que agravó la delicada situación en la que, ya de por sí, vivían muchos de sus habitantes (falta de empleo para los jornaleros, escasos recursos...). Pocos meses después (julio de 1936), estalló la Guerra Civil, un acontecimiento que desgarró España y que trajo consigo el empeoramiento de las condiciones de vida de la inmensa mayoría de nuestros paisanos. Pero esa ya es otra historia de la que nos ocuparemos en próximas entradas.

jueves, 14 de noviembre de 2024

HISTORIAS DE TORNAVACAS (XXI): APARATOS DE RADIO EN TORNAVACAS (AÑO DE 1953)

    Hoy, 14 de noviembre de 2024, se cumplen cien años de la primera emisión radiofónica oficial y autorizada que se realizó en nuestro país. La misma fue a través de Radio Barcelona. Hasta entonces, el contacto con el mundo exterior, especialmente en los núcleos rurales como es nuestro caso, era principalmente a través de la escasa prensa que llegaba esporádicamente, de las cartas que enviaban paisanos o personas que vivían fuera o de las noticias que traían los viajantes o transeúntes que pasaban por el pueblo.

    Desde aquel momento, la radio fue un medio de comunicación que poco a poco fue extendiéndose por toda la geografía española y que durante las siguientes décadas (1930, 1940...), conoció un importante crecimiento, tanto en el número de emisoras que fueron apareciendo como en el de los aparatos emisores y receptores que se fueron instalando.

    Hoy, coincidiendo con esta efeméride, cuando podemos contar casi a decenas los aparatos de comunicación con los que contamos en nuestros domicilios (televisiones, teléfonos, ordenadores...), traemos un curioso documento que nos transporta a la Tornavacas de los primeros años de la década de 1950, más concretamente al año de 1953, en el que se recogen los aparatos de radio que existían en los domicilios particulares de nuestro pueblo. Aquellos años, aunque había pasado ya más de una década de la finalización de la Guerra Civil, por lo general, eran aún años marcados por la escasez y por la práctica inexistencia de recursos (más allá de los imprescindibles para la subsistencia). En aquellos años, cuando la luz solamente funcionaba -y cuando funcionaba- algunas horas -especialmente por la noche-, la radio comenzó a convertirse en la ventana más inmediata de contacto con el mundo exterior.

    Dicho documento, que tiene por título "Relación de todos los poseedores de aparatos de radio de esta localidad, con expresión de nombre y dos apellidos, domicilio, marca, número de lámparas y lugar de instalación", fue elaborado por el Ayuntamiento de Tornavacas, a instancias de instituciones superiores. En él, aparte de los nombres de las personas que tenían aparatos de radio en sus domicilios particulares (42 en total), quedan reflejadas las marcas de los mismos (Stribson, Ascar, Castilla, Telefunken...) así como otros datos de interés que se muestran en el documento al completo, que es el siguiente:

Aparato de radio de la marca Ascar (modelo de 1952)

    En otros capítulos nos detendremos en cómo los tornavaqueños de aquellas décadas pasaban veladas escuchando los diferentes contenidos que se emitían por la radio (radionovelas, noticiarios...) y de cómo esta fue un importante elemento de socialización en muchos hogares de nuestro pueblo hasta que la televisión fue llegando, muy poco a poco, en los últimos años de la década de 1960. Continuará.

jueves, 5 de septiembre de 2024

HISTORIAS DE TORNAVACAS (XIX): TORNAVACAS, SUS FIESTAS, SUS GENTES Y NEGOCIOS HACE 65 AÑOS (1959).

    En una entrada anterior ya hablamos del folleto elaborado para las fiestas de 1960 y de la Tornavacas de aquel entonces. Hoy, traemos parte del folleto de fiestas de 1959, que se conserva en la Hemeroteca extremeña de la Biblioteca de la Diputación Provincial de Cáceres. Como una imagen vale más que mil palabras, reproducimos, a continuación, algunas de sus páginas, que nos llevan a la Tornavacas de finales de la década de 1950.

Portada del folleto

Programa de fiestas y ferias

Entrevistas a algunos paisanos

    Breve entrevista a algunos paisanos (Esteban Núñez Notario, Jerónimo y Ulpiano Martín, Esteban Aparicio, Juan Martín Arenas -de 88 años de edad, nacido en 1871- y Félix de Ávila Cruz) en la que expresan sus opiniones sobre diversos aspectos del pueblo.

Anuncios sobre los negocios locales





Servicios con los que contaba Tornavacas

martes, 3 de septiembre de 2024

HISTORIAS DE TORNAVACAS (XVIII): NOVENARIO AL SANTÍSIMO CRISTO DE PERDÓN. EDICIÓN DE 1879.

    Un año más, se aproximan las fiestas mayores de Tornavacas, las dedicadas a su patrón: el Cristo del Perdón. Si en anteriores entradas ya hemos hablado de cómo eran estas fiestas en el siglo pasado (1913, 1926 o 1960, por ejemplo) o de la primera imagen (calcografía) que se conserva del Cristo (1731), en esta ocasión vamos a hacerlo de una práctica religiosa que está directamente relacionada con estas fiestas: la novena.

    Como es habitual antes de las celebraciones centrales de las fiestas en su honor, los días previos se realiza la novena en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, templo que alberga la talla. La misma, año tras año, se celebra entre los días 5 y 13 de septiembre. El día 4, se reza el rosario y se realiza la puja para su posterior traslado desde su capilla hasta la zona próxima al Altar Mayor, lugar en el que permanece durante todas las fiestas.

    La devoción al Cristo del Perdón ya viene desde los siglos de la Edad Moderna (estando totalmente documentada ya en el siglo XVII) y la novena es una ceremonia que se viene haciendo en su honor también desde aquella época. Dentro de las ceremonias y rituales habituales de la Iglesia católica, una novena es, según la definición que ofrece el Diccionario de la Real Academia Española, una "práctica religiosa, con oraciones y actos de devoción dedicados a Dios, la Virgen o los santos, que dura nueve días". Esta práctica, por tanto, está dedicada al Cristo del Perdón, al cual, el día 14, se le realiza la ofrenda central: el Ramo, una tradición religiosa que tiene la misma antigüedad que la devoción al Cristo.

    A lo largo de los años, han sido varios los novenarios utilizados en esta práctica religiosa. En esta ocasión, por su interés y por ser prácticamente desconocida hasta la fecha, dedicamos esta entrada a una edición que se utilizó durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX: un novenario editado en el año de 1879.

Portada del novenario

    Este se titula Novenario al Santísimo Cristo del Perdón, que se venera en su capilla propia de la Iglesia parroquial de la villa de Tornavacas y actualmente, el ejemplar mostrado, se conserva en el Archivo Municipal de Huelva (Fondo Díaz Hierro). Muy probablemente encargado desde la parroquia, fue compuesto por el religioso Dr. D. Francisco Perés y, por la investigación realizada en cuanto a su contenido, realmente es una adaptación del que el mismo religioso hizo para el Santísimo Cristo de Balaguer (provincia de Lérida). Impreso en Plasencia en la Imprenta de Ramos y León, tiene una extensión de 16 páginas en las que se recogen las oraciones y textos correspondientes para cada día y es, a fin de cuentas, un valioso documento que nos muestra la devoción que, desde hace siglos, los tornavaqueños tienen hacia su patrón.  

PD: Esta entrada se terminó de redactar el 3 de septiembre de 2024, día en el que se han cumplido diez años desde mi nombramiento como Cronista Oficial de Tornavacas.

viernes, 12 de julio de 2024

HISTORIAS DE TORNAVACAS (XVI): ALGUNOS LUGARES, EDIFICIOS Y PROYECTOS DE CONSTRUCCIÓN DE LA TORNAVACAS DE 1890

    Tornavacas, antigua villa que cuenta con cientos de años de Historia, puede presumir, en la actualidad, de tener un excepcional Archivo Municipal en el que se conservan decenas de miles de documentos que nos ayudan a conocer mejor nuestro pasado y que, al fin y al cabo, son auténticos tesoros que nos hablan de cómo fue nuestro pueblo, así como la vida de sus gentes, en los siglos anteriores.

    De entre esas decenas de miles de documentos, por su interés, hoy traemos una serie de planos de la década de 1890 que nos hablan de edificios y lugares que son bien conocidos por todos.

PLANO 1. LA PLAZA DEL AYUNTAMIENTO EN 1891

    Este primer plano, elaborado en 1891, nos ayuda a conocer cómo era la Plaza del Ayuntamiento (hoy, oficialmente, Plaza Mayor) a finales del siglo XIX.

    Según lo que aparece en el mismo, en la parte de la derecha se encontraban la casa consistorial o Ayuntamiento (edificio ya reformado en el siglo XVIII) y la escuela de niñas y casa para la profesora (actual Hogar del Pensionista), edificio del que hablaremos en el siguiente plano. En el centro, se situaba la fuente, de la que salía tanto un desagüe como una conducción de agua para abastecer la escuela de niñas. Pegada a la pared exterior de la plaza (hoy Calle del Río), se situaba un lavadero de 1,5 m. de anchura donde, como el nombre de la construcción indica, los vecinos iban a lavar la ropa y otros objetos domésticos. El agua del lavadero procedía de la fuente, tal y como se refleja en el plano.

    A la izquierda, donde se nos indica el nombre de la calle ("Calle real") existían varias viviendas que ocupaban un mayor espacio del que ocupa ahora el edificio que existe (construido por Victoriano Navarro Merino en 1916), siendo, la plaza, por tanto, de menores dimensiones -en esta parte- que la actual.

PLANO 2. CONSTRUCCIÓN DEL EDIFICIO DESTINADO PARA ESCUELA DE NIÑAS Y CASA PARA LA PROFESORA, 1892 (ACTUAL HOGAR DEL PENSIONISTA)

    En este plano se nos presenta la fachada principal del edificio, que hasta bien entrado ya el siglo XX sirvió como escuela de niñas y también albergaba, en la planta superior, la casa de los maestros. Su construcción se realizó durante los años siguientes a la realización de este plano y, pese a las reformas llevadas a cabo durante el siglo XX, tanto en su interior como en su exterior, la estructura de la fachada principal proyectada en 1892 es casi idéntica a la del edificio actual, ya destinado para Hogar del Pensionista y utilizada también su planta superior por la Asociación de la Tercera Edad para otras actividades.

PLANO 3. DISTRIBUCIÓN (PLANTA) DEL NUEVO CEMENTERIO DE LAS ESPOZAS, 1891

    Como ya contamos en una de nuestras anteriores entradas, el cementerio nuevo de las Espozas comenzó a funcionar en el año 1892 y vino a sustituir al anterior que, desde el siglo XVIII, se encontraba en la zona de El Pilón. En 1891 comenzaron a hacerse las obras del nuevo cementerio y el plano que aquí presentamos fue una propuesta inicial, no correspondiéndose en su totalidad con el proyecto finalmente realizado.

    Atendiendo a lo reflejado en este plano, en un principio se planteó hacer la capilla adosada a la fachada principal. Detrás de esta, iría el depósito de cadáveres. En el lateral izquierdo, se dejaba un espacio para el cementerio civil, es decir, en donde eran enterradas "las personas que no se hubiesen educado en la fe católica" o también, en ocasiones, las que morían de manera no natural. Como se observa en el plano, este cementerio civil, de pequeñas dimensiones, estaba aislado del resto del cementerio por un muro que lo separaba del resto del espacio, que es el que aparece descrito en el plano como "cementerio católico" y era donde se enterraba a la mayor parte de los difuntos. En la esquina lateral derecha, tenemos el espacio reservado al osario, es decir, el lugar en donde se depositaban los huesos que se sacaban de las sepulturas a fin de volver a enterrar en ellas y los restos óseos no identificados encontrados por diferentes lugares.

    Como vemos en el plano, en la ejecución final de la obra hubo algunas modificaciones con respecto al planteamiento inicial (ubicación de la capilla y del cementerio civil, sobre todo). 


Con la "subasta para la excavación y nivelación del cementerio" daban comienzo las obras de construcción del nuevo cementerio de las Espozas. Expediente de 1891. Archivo Municipal de Tornavacas.

PLANO 4. DISEÑO DE LA FACHADA PRINCIPAL DEL NUEVO CEMENTERIO DE LAS ESPOZAS, 1891

    En este cuarto plano observamos el detalle de cómo quedaría, en ese proyecto inicial, la fachada principal del nuevo cementerio con la capilla adosada a la misma y con dos puertas de acceso totalmente independientes: la de la izquierda daría al cementerio civil y la derecha al "católico", es decir, en el que eran enterradas la mayoría de las personas.

    Finalmente, tampoco se construyó tal y como muestra este plano, sino que la capilla -que sí se corresponde con la proyectada- se hizo ya en el interior del propio cementerio, quedando el cementerio civil en la parte trasera del depósito de cadáveres. 


Vista exterior de la puerta que daba acceso al cementerio civil (ya tapiada), situado en la parte trasera del depósito de cadáveres. Fotografía tomada el 2 de noviembre de 2013.

Vista interior de la puerta que daba acceso al cementerio civil (ya tapiada), situado en la parte trasera del depósito de cadáveres. Fotografía tomada el 2 de noviembre de 2013. 

Estado actual de la puerta que daba acceso al cementerio civil. Fotografía de junio de 2021.

miércoles, 10 de julio de 2024

UN PASEO POR LOS ORÍGENES DE LA N-110 A SU PASO POR EL VALLE DEL JERTE (I): ALGUNOS RESTOS MATERIALES DE LA ANTIGUA CARRETERA DE PLASENCIA A EL BARCO DE ÁVILA

    En una de nuestras anteriores entradas ya hablamos de los orígenes de la actual N-110 (carretera de Plasencia a Soria), que es la principal vía de comunicación que vertebra de sur a norte, y viceversa, la comarca del Valle del Jerte. Esta carretera, conocida en sus orígenes como de Plasencia a El Barco de Ávila, ya que unía estos dos importantes núcleos de población, fue proyectada en 1877, quedando recogida dentro de la famosa Ley de carreteras publicada ese mismo año, y su construcción se extendió durante las siguientes décadas.   

    Esta nueva vía de comunicación venía a sustituir a un antiguo camino de herradura, que también unía Plasencia con las tierras abulenses, pero que ya no era apto para la circulación en varios de sus tramos ni siquiera para las caballerías, pues así se nos indica en una descripción del mismo que data de 1866, en la cual también se habla de que algunas de sus infraestructuras (puentes) se encontraban ya en mal estado. Era por tanto, totalmente necesaria la construcción de una nueva vía de comunicación, de mayor anchura -que permitiera el tránsito de carruajes- y con un firme estable y uniforme, que diera respuesta a las nuevas necesidades de aquel momento. 

Referencia al camino de herradura, existente en el valle antes de la construcción de la carretera, a su paso por el término de Tornavacas

    Las obras de los primeros tramos de la construcción de esta nueva y moderna carretera, los más cercanos a Plasencia, comenzaron a hacerse en la década de 1880 y a lo largo de las de 1890, 1900 y 1910, se fueron haciendo progresivamente los demás hasta, finalmente, llegar a El Barco de Ávila. Por ejemplo, tan solo por citar algunos datos concretos, aún en 1918 y 1919 se estaban gestionando los expedientes de expropiación de terrenos para el paso de esta carretera por los términos municipales de núcleos de población de la provincia de Ávila como, respectivamente, Casas del Puerto de Tornavacas [hoy Puerto Castilla] o Solana de Ávila. Por tanto, hasta ya entrada la década de 1920, esta carretera no estuvo del todo terminada en su trazado correspondiente a la provincia de Ávila.

    De aquellos primeros tiempos de su construcción, aunque ya ha habido sustanciales modificaciones en gran parte de su trazado original -sobre todo en el tramo comprendido entre Plasencia y Jerte- y en su anchura, aún hoy quedan restos materiales y de ellos vamos a hablar en esta entrada.

    En el Valle del Jerte, dos son los espacios más destacados en este sentido: el puente de Cabezuela del Valle y el término municipal de Tornavacas, especialmente en el tramo comprendido entre el pueblo y el Puerto del mismo nombre. 

    En el puente de Cabezuela, que fue una de las obras de ingeniería más destacadas de toda la carretera por las dimensiones del mismo, junto con los desmontes practicados en las faldas del Puerto de Tornavacas en nuestra vertiente -por la dificultad y el enorme desnivel existente en este espacio-, son bien visibles estos restos materiales de las obras realizadas en él tras la inmediata construcción del trazado de la carretera. Este puente, ya existente antes de la construcción de esta nueva carretera, -y mencionado en descripciones del siglo XIX como "un antiguo puente de piedra de un arco"- tuvo que ser remodelado, ampliadas sus dimensiones y reforzado en su base, tanto a un extremo como al otro, tal y como podemos observar en las siguientes fotografías. En los arranques del puente, cercanos al cauce del río, son visibles esos característicos bloques rectangulares de granito utilizados en la construcción de las obras relacionadas con esta carretera. Lo mismo ocurre en la zona del estribo en el lado por el que se accede al núcleo de población. También, se hizo un muro de sujeción del terreno de grandes dimensiones, tanto en altura como en anchura, que todavía es perfectamente visible en la vertiente norte del mismo. 

    Este puente, con siglos de Historia, quedará como una infraestructura secundaria cuando acaben las obras de realización del nuevo, situado más al sur, que actualmente se están desarrollando y cuya fecha prevista de finalización se estima ya para 2026.

Detalle de los bloques de granito en uno de los arranques (bases)

Detalle de los bloques de granito en uno de los estribos

Detalle de uno de los muros de contención en uno de los laterales del puente. Vista desde el cauce del río.

Plano de 1901 de Cabezuela en donde aparece señalado el puente de piedra así como la casilla de peones camineros que ya estaba instalada en esta población. Las líneas rojas indican el trazado de la carretera en dirección hacia Jerte.

    Otro de los lugares en donde existen más restos materiales de aquella primitiva carretera, se corresponde con el término municipal de Tornavacas, especialmente en el tramo que va desde la localidad hasta el Puerto, el cual no ha sufrido modificación alguna en su trazado -aunque sí en su anchura- desde su construcción hace ya algo más de 110 años. Veamos algunos ejemplos.

    Viniendo desde Jerte hacia Tornavacas, y ya situado, por escasos metros, en el término de este último pueblo, nos encontramos con el antiguo puente que vadeaba la Garganta Becedas. Reedificado durante las obras de realización de esta carretera (pues ya existía como puente de piedra en el siglo XIX) y objeto de sabotaje en los primeros compases de la Guerra Civil (julio de 1936), es una construcción ya casi invisible por el deterioro de la misma y por estar prácticamente cubierta por la vegetación del cauce de la Garganta.

Restos del antiguo puente. Dos grandes rocas, situadas en el cauce de la Garganta, se utilizaron como machones para edificar el puente.

Aún ser pueden observar, cerca del cauce de la Garganta, los característicos bloques rectangulares de granito que se utilizaron para reforzar la base y los laterales de este antiguo puente.

    Siguiendo en dirección hacia Tornavacas y antes de llegar al núcleo de población, unos metros antes de cruzar la carretera la Gargantilla o Arroyo de Calvarrasa, encontramos el primer muro con esos característicos bloques de granito rectangulares ya mencionados en el puente de Cabezuela, cuya función era -y sigue siendo- contener el terreno en un tramo con bastante desnivel.

Muro a la altura de la entrada a Tornavacas por el conocido como camino del cementerio

    Otro muro muy similar a este anterior, está ya prácticamente a la salida del pueblo en dirección al Puerto, muy cerca del cauce de la Gargantilla del Cubo.

Detalle del muro, por el que, en su parte superior, se dejó un caño de agua procedente de la gargantilla para regar algunas huertas de la zona de las viñillas

Detalle del muro y firme de la actual N-110

Pequeño puente, situado a escasos metros del anterior muro, por el que pasan las aguas de la Gargantilla del Cubo

    Y ya dejando atrás Tornavacas e iniciando la ascensión hacia el puerto, es cuando comenzamos a encontrar un mayor número de elementos materiales que se realizaron una vez finalizadas las obras del trazado de esta antigua carretera. Veamos también algunos ejemplos concretos.

    Unos metros antes de llegar a la curva por la que, la carretera, cruza el Arroyo de Don Pedro, volvemos a encontrar un muro de similares características a los anteriormente descritos.


Detalles del muro cercano a la curva por el que pasa el Arroyo de Don Pedro

    Y ya en plena ascensión del Puerto, que es de los pocos tramos de la carretera que no ha sufrido, en su trazado, modificación alguna desde su construcción, son varios los elementos materiales a destacar, y ellos se muestran en las siguientes fotografías

Muro de contención sobre el cual se encontraba la "casilla del caminero", hoy ya inexistente

Muro de contención, también de piedra, situado ya en las cercanías del alto del Puerto
 
Similares a estos bloques de cemento y piedra, eran los "quitamiedos" que existían en gran parte del Puerto y que en la década de los 80 fueron sustituidos por los guardarraíles actuales

    En la realización de todas estas obras anteriormente mencionadas, en las que se utilizó muy poca maquinaria -simplemente, porque apenas había- y llevadas a cabo en gran parte en las décadas de 1900, 1910 y 1920, trabajaron paisanos de toda la comarca, de otras regiones de España e incluso hubo grupos de personas que vinieron desde Portugal. Para la construcción de todos estos muros mostrados, se aprovecharon las toneladas de piedra que hubo que mover para la construcción de dicha carretera así como piedra también procedente de pequeñas canteras locales (como los "Sillares", de Tornavacas).

Desmonte practicado en el Puerto de Tornavacas en la curva conocida como "Curva grande"

    Una vez se fue construyendo la carretera que conectó la ciudad de Plasencia con el núcleo de El Barco de Ávila así como realizando las obras relacionadas con la misma (muros de contención, puentes...), comenzaron a establecerse a lo largo de ella las conocidas como las "casillas de camineros", aprovechando edificaciones que ya eran utilizadas para auxiliar a los viajeros a su paso -pues la carretera coincidía, en algunos tramos, con el trazado del antiguo camino de herradura existente antes de su construcción- o construyendo, ex profeso, unas nuevas. Estas "casillas de camineros", que fueron habituales en las carreteras de España durante los siglos XIX y XX, tenían la función de supervisar el estado de la carretera, arreglar cualquier desperfecto que se produjera en ella y auxiliar a los viajeros. Por su interés, en una de de las próximas entradas, hablaremos de las construcciones de este tipo que existieron en nuestra comarca.  

    Para finalizar esta nueva entrada, señalar que esta carretera, además, a lo largo de sus ya más cien años de historia, ha conocido importantes modificaciones hasta llegar a su estado actual. Por ello, cerramos estas líneas con algunas imágenes para el recuerdo de cómo era la anchura y el aspecto de la actual N-110 a su paso por el Valle del Jerte, en varios momentos del pasado siglo XX.

Navaconcejo, década de 1960 (zona de la Cruz del Llano). Imagen extraída del vídeo "Navaconcejo hace muchos años", publicado en YouTube por el usuario alvaroamores

Navaconcejo. Entrada de la carretera en la población viniendo desde Plasencia. Imagen extraída del vídeo "Navaconcejo hace muchos años", publicado en YouTube por el usuario alvaroamores

Firme de la carretera y puente de Cabezuela. Década de 1960. Imagen extraída del vídeo "Navaconcejo en los años 60", publicado en YouTube por el usuario vallejerte
Vista de la carretera a su paso por Cabezuela y puente de la misma localidad. En la fotografía se observan los bloques de piedra que hacían la función de los actuales guardarraíles ("quitamiedos"). Estos bloques de piedra fueron retirados en la década de los 80 para ser sustituidos por los actuales "quitamiedos". Fuente: fotografías del Valle del Jerte existentes en el Archivo Histórico Provincial de Cáceres


  
Puerto de Tornavacas. Cercanías del Hostal Restaurante Puerto de Tornavacas. Finales de 1960-principios de 1970. Imagen extraída del grupo público de Facebook TORNAVACAS


Comparativa del trazado actual de la carretera (2024) con una planimetría de 1897. Como vemos, el trazado que existe hoy entre el Hostal y el Puerto de Tornavacas, no ha sufrido ninguna modificación en su trazado, siendo el mismo que el proyectado originalmente a finales del siglo XIX.