Tal y como ya quedamos recogido en una de nuestras anteriores
entradas dedicada al antiguo puente que existía para cruzar, de un lado a otro, la Garganta Becedas, el 20 de julio de 1936, tan solo dos días después de iniciarse la Guerra Civil a consecuencia de un golpe militar fallido, este puente fue objeto de una acción de sabotaje
por parte de militantes de izquierda y de varios vecinos de Tornavacas.
La finalidad de dicha acción era impedir el paso de las tropas
"nacionales" o franquistas que se dirigían
desde Plasencia hacia Ávila para controlar las poblaciones de la zona a
su paso. Este puente, por aquel entonces, se encontraba en muy malas
condiciones después de haberse visto muy afectado por el temporal de lluvias que tuvo lugar en diciembre de 1935.
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Restos del puente antiguo sobre la Garganta Becedas que fue objeto de sabotaje el 20 de julio de 1936 |
Inicialmente,
el plan era volarlo por completo para evitar el
tránsito de las tropas, falangistas y demás fuerzas adictas al bando
franquista, pero finalmente lo que se hizo fue arrojar a la
garganta algunos de sus elementos (barandillas, piedras, tablas de
madera y otros de su superficie...) que impidieron, aunque tan solo por unas horas, el paso de vehículos y carruajes movidos por animales.
Los
tornavaqueños que inutilizaron el puente, así como los que les ayudaron,
fueron arrestados, enviados
presos a Plasencia y algunos de ellos no salieron de la cárcel con vida,
pues tras ser sometidos a un estricto proceso judicial por la vía
militar -Consejo de Guerra-, los paisanos Ramón Martínez Bermejo,
secretario de Radio Comunista, Julio Crespo Cuesta, presidente de Radio
Comunista y Zenón Pelaz Cuesta, presidente de la Casa del Pueblo y
concejal del ayuntamiento tornavaqueño, fueron fusilados en Plasencia en
diciembre de ese mismo año.
Otros tres tornavaqueños, también
encausados en este proceso por "auxilio a la rebelión", fueron condenados a prisión (inicialmente, a 12 años y 1 día), cumpliendo parte de la
pena impuesta tanto en la cárcel de
Plasencia como en el presidio de Cuéllar (Segovia), lugar en el que
permanecieron varios años hasta que fueron puestos en libertad, tal y
como se muestra en esta ficha personal de uno de los procesados por este
hecho ocurrido en Tornavacas en aquel 20 de julio de 1936.
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Ficha de uno de los encausados que permaneció preso en el penal de
Cuéllar (Segovia). Archivo General de la Administración (Alcalá de
Henares, Madrid) | |
Continuará...